Desde Argentina, la Subcomisión de Micología Clínica (SADEBAC) de la Asociación Argentina de Microbiología (AAM), difunde esta información para alertar sobre las enfermedades fúngicas, el objetivo de que los pacientes y el personal de salud conozcan que el diagnóstico precoz de las infecciones fúngicas es crucial para que el tratamiento antifúngico tenga impacto sobre la supervivencia del paciente.

La semana del 14 al 18 de Agosto sea la “Semana de concientización sobre la importancia de las enfermedades fúngicas” ha sido propuesta por los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de EEUU y otros organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La palabra hongo suele evocar imágenes de pie de atleta o uñas con mala apariencia. Quizás por esto, los patógenos fúngicos son prácticamente ignorados por la prensa, el público, los organismos de financiación y, en muchos casos, el personal de salud. A pesar del desconocimiento, es evidente que representan una amenaza significativa para la salud pública. Más de 300 millones de personas sufren enfermedades fúngicas graves y más de 1,6 millones muerenal año en el mundo, por causas directamente relacionadas con ellas. Esto significa que producen más muertes que la malaria y un número similar de decesos anuales que la tuberculosis.

Existen más de 1,5 millones de especies de hongos, pero sólo unas 300 a 400 son consideradas patógenos humanos. Candida spp., Aspergillus spp., Pneumocystis jirovecii y Cryptococcus spp. son los agentes fúngicos más comunes asociados a enfermedades graves a nivel mundial. Estas infecciones ocurren principalmente en pacientes inmunocomprometidos y muchas son adquiridas en hospitales, pero las infecciones en personas inmunológicamente normales van en aumento.

En Argentina se destacan además patógenos endémicos que causan enfermedades graves como Histoplasma capsulatum, Coccidioides posadasii y Paracoccidioides spp. o los micetomas que fueron recientemente incluidos dentro de la lista de las enfermedades olvidadas. A estarealidad, se le suma la creciente resistencia al limitado número de fármacos antifúngicos. La emergencia de especies de Candida, como Candida glabrata y Candida auris, resistentes a múltiples fármacos constituye una amenaza para la salud global. Asimismo, algunos hospitales europeos asocian tasas de mortalidad superiores al 90% con una prevalencia de hasta un 30% de aislamientos de Aspergillus resistentes a los azoles.

Fuente: Subcomisión de Micología Clínica (SADEBAC) de la Asociación Argentina de Microbiología (AAM)