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¿Qué es la Gota?

La artritis gotosa, también conocida como gota, es una enfermedad metabólica que cursa con dépositos de cristales de ácido úrico (urato monosódico) en forma de aguja en el fluido y tejido de una o más articulaciones.

Esto causa inflamación, hinchazón y dolor intenso en las articulaciones afectadas. La articulación que se afecta con mayor frecuencia es la del dedo gordo del pie, aunque también puede darse en las manos, muñecas, rodillas y pies. Los ataques de gota pueden ocurrir varias veces al año y durar varios días. Durante estos ataques, los dépositos de ácido úrico se acumulan en el cartílago, los tendones y en los tejidos blandos; pueden afectarse tejidos como los riñones, dando lugar a la formación de cálculos renales y lesión renal. También pueden formarse protuberancias bajo la piel (conocidas con el nombre de"tofos"). La mayor parte de los episodios de gota son agudos y duran unos pocos días, aunque la frecuencia y la severidad de los ataques puede ir aumentando con el tiempo de manera que al final se desarrolla una forma crónica de artritis gotosa.

El ácido úrico es un producto final del metabolismo de las purinas, sustancias presentes en todos los tejidos del organismo y en una gran variedad de alimentos, como hígado, alubias y frijoles, espárragos, setas y anchoas. El ácido úrico circula por la sangre y se elimina por la orina. Si la producción de ácido úrico aumenta, ya sea porque el organismo lo sintetiza en mayor cantidad, porque se ingieren grandes cantidades de alimentos ricos en purinas o bien porque el riñón no consigue eliminarlo adecuadamente por la orina, entonces la concentración de ácido úrico en sangre aumenta (hiperuricemia). Cuando los cristales se acumulan en las articulaciones aparece el dolor característico de la gota.

gota 

La gota afecta más a hombres que a mujeres, siendo más frecuente en adultos. Suele afectar a hombres alrededor de los 40 - 50 años de edad y a las mujeres después de la menopausia. Las personas con hipertensión, diabetes tipo 2, obesidad, anemia falciforme o enfermedad renal o bien con antecedentes familiares de gota, presentan mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. El alcohol y algunos fármacos, como la ciclosporina, los diuréticos tiacídicos empleados en el tratamiento de la hipertensión y los salicilatos (aspirina) pueden interferir en la excreción de ácido úrico.

Es importante distinguir la gota de otras situaciones con sintomatología similar, como la pseudogota (causada por cristales de pirofosfato cálcico), la artritis séptica (infección de la articulación) y la artritis reumatoide (artritis autoinmune). Los tratamientos de estos tipos de afectaciones articulares son distintos de los que se usan en el tratamiento de la gota. 

Gota 

Laboratorio

El objetivo de las pruebas que se comentan consiste en identificar la gota y distinguirla de otras situaciones, como otros tipos de artritis que puedan presentar síntomas similares. Además, debe investigarse la causa del aumento de la concentración de ácido úrico en sangre.

Pruebas de laboratorio

  • Análisis de líquido sinovial: para detectar cristales derivados del ácido úrico u otro tipo de cristales; también para evaluar si puede existir una infección de la articulación
  • Ácido úrico: para detectar concentraciones elevadas en sangre. Si se diagnostica gota, seguramente se solicitará regularmente la medición de ácido úrico para monitorizar su concentración
  • Panel metabólico básico o sencillamente urea y creatinina: para evaluar la función renal
  • Hemograma: para determinar si existe un aumento marcado del número de leucocitos en sangre y poder así distinguir entreartritis séptica y gota
  • A veces, otras pruebas como el factor reumatoide (FR) o ANA (anticuerpos antinucleares): para descartar otras causas de artritis. Si se sospecha una artritis séptica, puede solicitarse también un hemocultivo así como un cultivo de líquido sinovial.

Otras pruebas ajenas la laboratorio

La radiografía de las articulaciones afectadas puede mostrar los cristales de ácido úrico acumulados y lesiones indicativas de artritis gotosa.

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es aliviar el dolor y disminuir la inflamación, además de reducir la concentración de ácido úrico para tener menos ataques y evitar lesiones renales y articulares más graves.

Durante los ataques agudos se trata a los pacientes con antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno o el naproxeno, para así disminuir el dolor y la inflamación; si fuera necesario, puede también utilizarse corticoides como la prednisona. Si con estos fármacos no se consigue controlar los síntomas, puede utilizarse colchicina en las primeras 12 horas de un ataque de gota. Pueden prescribirse pequeñas dosis diarias tanto de AINE como de colchicina oral en la prevención de nuevos ataques.

Para disminuir el número y la severidad de los ataques de gota se administran probenecid o sulfinpirazona así como alopurinol, que bloquea el enzima que produce ácido úrico.

También se recomienda a los pacientes que adopten estilos de vida que ayuden a minimizar los ataques como:

  • disminuir el consumo de alcohol
  • comer alimentos ricos en ácido úrico sólo en cantidades moderadas
  • evitar los alimentos ricos en purinas
  • realizar ejercicio físico de manera regular
  • aumentar la ingesta de líquidos para ayudar a los riñones a eliminar el ácido úrico

Es importante tomarse la medicación que prescribe el médico siguiendo sus indicaciones e informarle acerca de cualquier otra medicación o suplementos vitamínicos que se estén tomando.

Fuente: Lab Tests Online

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