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1 al 7 de agosto: Semana Mundial de la Lactancia Materna

Bajo el lema “Proteger la lactancia, una responsabilidad compartida”, este año 2021 se busca pensar a la lactancia como un hecho cultural y colectivo, en el que debe involucrarse toda la sociedad para garantizar los derechos de niños y niñas a ser amamantados.

La leche materna es un alimento fundamental en los primeros meses de vida, por un lado, porque satisface de forma única los requerimientos nutricionales del lactante y por otro, porque posee propiedades inmunológicas y bioquímicas que protegen de una serie de enfermedades tanto a la madre como al niño. Entre estos componentes se hallan anticuerpos y otros factores inmunes, lípidos, oligosacáridos y hormonas.

Se ha demostrado que la lactancia materna posee muchos efectos beneficiosos, disminuyendo la incidencia de diarreas, infecciones respiratorias y alergias, así como también reduciendo el riesgo de enfermedades metabólicas, diabetes y obesidad infantil.

La alimentación con leche materna en forma exclusiva durante los primeros 6 meses, es recomendada por numerosos organismos como la Organización Mundial de la Salud y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) entre otros, dado que promueve el crecimiento y desarrollo saludable de los niños.

La leche humana contiene además, millones de bacterias probióticas, como Bifidobacterias y Lactobacilos, y una alta concentración de sustancias prebióticas, los oligosacáridos de la leche humana (HMO). Estas bacterias son muy importantes para el establecimiento de la microbiota intestinal neonatal, y responsables en gran parte de los efectos beneficiosos mencionados. Por su parte, los HMO son carbohidratos complejos únicos, no digeribles por el intestino del bebé, que son fermentados exclusivamente por estas bacterias, generando una microbiota intestinal saludable, que tendrá influencia a lo largo de toda su vida.

Autora: Dra. Lorena Keller

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